SANDRA CUEVAS Y SU LIMPIEZA SOCIAL, CALLES BLANCAS CON ESTRATEGIAS OSCURAS.
Por Omar Sánchez
Una vez más, el nombre de Sandra Cuevas, alcaldesa de la demarcación Cuauhtémoc, se vio envuelto en una polémica, debido a que diversos medios electrónicos y escritos la acusaron de enviar a un grupo de personas, encabezados por hombres principalmente, quienes en compañía de algunas mujeres e incluso niños, amenazaron y violentaron físicamente a un grupo de manifestantes que acudieron a realizar un acto de protesta hasta el edificio donde despacha la polémica alcaldesa.
La mencionada manifestación sucedió el viernes 21 de julio de 2023, y en ella participaron diversas colectivas feministas, grupos de personas trans, trabajadoras sexuales y comerciantes. Todos ellos se unieron para denunciar que sus derechos humanos han sido vulnerados constantemente durante la administración de Sandra Cuevas. La convocatoria para esta protesta se realizó semanas atrás y se viralizó en redes sociales: 16 colectivos y organizaciones entre los que figuran Lleca escuchando la calle (LLECA), la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (Rechida), así como Racismo MX, entre otros, se manifestaron en la explanada de la alcaldía Cuauhtémoc para exigir el cese a los actos de limpieza social que se aplican en contra de sectores vulnerables de dicha alcaldía.
La limpieza social es un término que se utiliza para describir la práctica de desalojar a personas pobres y vulnerables en situación de calle, y constantemente se justifica por motivos de seguridad o de mejora de la calidad de vida de los habitantes de alguna zona en específico. Sin embargo, diversos estudios señalan que esta práctica tiene un efecto devastador en las personas que se ven afectadas. La limpieza social puede tomar diversas formas, pero a menudo involucra el uso de la fuerza policial para sacar de sus refugios a las personas en situación de calle. Lamentablemente, las personas desalojadas no cuentan con los recursos económicos ni materiales para instalarse en un lugar que les permita vivir de forma decorosa.
La limpieza social tiene consecuencias demoledoras en las personas que se ven afectadas por esta práctica. Quienes son desalojadas pueden perder sus pertenencias, sus amistades e incluso su fuente de ingresos. También se ha demostrado que experimentan estrés, ansiedad y depresión, lo cual afecta de manera terrible su salud mental, llevándolos incluso a atentar contra su vida. Es por esas razones que estos actos son tan criticados por especialistas y defensores de los derechos humanos.
Sandra Cuevas y el personal que labora con ella, se han dedicado a realizar este tipo de actos bajo el nombre de “Operativo Diamante”, el cual, en voz de la propia alcaldesa, tiene como objetivo mejorar la seguridad y la calidad de vida en la demarcación. El operativo incluye el despliegue de más policías, la limpieza de calles y espacios públicos, así como el combate al ambulantaje. Desde que este operativo fue implementado, se puede observar a la alcaldesa vestida con ropa táctica a bordo de una cuatrimoto, la cual cuenta con luces estroboscópicas azules y rojas, como las que utilizan los policías de la Ciudad de México. Estos recorridos comienzan a las seis de la mañana. Detrás de Sandra Cuevas se observan efectivos policiales, pero lo más preocupante es que, también a bordo de varias motocicletas y camionetas de la Alcaldía Cuauhtémoc, viajan docenas de hombres vestidos de civil, quienes regularmente realizan el “trabajo sucio” y son los encargados de recoger refrigeradores, hieleras, mesas y diversos enseres que les decomisan a los negocios, sobre todo de comida, que tienen sus cosas fuera de los mismos por la falta de espacio.
Pero el espectáculo mayor está reservado para la alcaldesa, quien ha roto los cristales de los refrigeradores arrebatados a sus propietarios “para que no piensen que ella se los queda” según sus propias palabras. Y cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, la alcaldesa apareció con una sierra eléctrica en las manos, cortando los soportes de una pérgola que se encontraba sobre una banqueta, para que después su séquito de ayudantes la derribara por completo y se llevara los restos de la misma a bordo de las camionetas dispuestas para este show.
Dos casos previos a este operativo causaron mucha polémica entre los habitantes de la Alcaldía Cuauhtémoc. El primero sucedió cuando, por órdenes de Sandra Cuevas, se borraron todos los murales que se encontraban en las paredes de los mercados públicos, y no solo eso, obligó a que todos los puestos que se encuentran sobre las banquetas de la demarcación fueran pintados de color blanco, para colocarles un logotipo de la Alcaldía Cuauhtémoc, aniquilando de esa forma la identidad cultural que durante décadas había distinguido a esa zona de la Ciudad de México. El segundo caso se dio cuando tuvo la maravillosa ocurrencia de pintar de blanco juegos y mobiliario del Jardín Pushkin, ubicado en la Colonia Roma, bajo el argumento de renovar el parque y embellecerlo; esta acción generó muchas críticas pues fue acusada de querer “blanquear” los espacios más representativos de la Alcaldía.
Por todos estos exabruptos y muchos más, fue que el jueves 23 de julio se dio la manifestación en la explanada de la Alcaldía. Las colectivas y las personas que acudieron a expresar su hartazgo contra la estrategia de limpieza social emprendida por Sandra Cuevas, pintaron con aerosoles, rodillos y brochas, una serie de consignas en contra de la alcaldesa. Algunos manifestantes portaban pancartas en las que se podían leer mensajes como “Sandra me quitó mi fuente de ingresos” y “la clase trabajadora no debe ser limpiada, no somos basura”, pero fueron las consignas, coreadas a una sola voz, lo que más llamó la atención de los medios de comunicación que acudieron a documentar la protesta. “¡Sandra clasista, tu alcaldía es racista!”, fue el grito principal que coreaban los participantes de esta protesta, en la cual también hubo show de stand up y performance.
Esto fue lo que enardeció a los empleados de la alcaldesa, quienes encararon a los manifestantes y comenzaron a hostigarlos, quitándoles las pancartas que habían pegado en las paredes exteriores del edificio principal. Estos tipos también encararon a los manifestantes, ofendiéndolos e incluso dándoles de patadas para que se retiraran del sitio. Fue este mismo grupo de choque el que golpeó a los adultos mayores en los alrededores del kiosko morisco de Santa María la Ribera, el pasado mes de febrero. Estas aseveraciones están perfectamente sustentadas mediante fotografías y videos, tanto de manifestantes, como de medios de comunicación.
Sin embargo, el hecho más grave sucedió cuando algunos activistas se retiraron de esta protesta, ya que varios de ellos fueron seguidos y amedrentados por personas pertenecientes al grupo de choque que trató de disolver la manifestación. Esta situación se dio a conocer por redes sociales, pues varios de estos hombres fueron videograbados al interior del lugar donde se refugiaron los manifestantes, quienes activaron el protocolo de protección para periodistas, solicitando el apoyo de autoridades federales mediante llamadas telefónicas. Cuando esto sucedió y el apoyo venía en camino, los hombres que seguían a los manifestantes, abandonaron el lugar a bordo de una camioneta perteneciente a la alcaldía Cuauhtémoc.
Este grupo de personas siempre acompaña a Sandra Cuevas en todos sus eventos y recorridos, muchos de ellos se ostentan como servidores públicos pero jamás se acreditan como tales. Incluso, hay versiones de vecinos de la alcaldía que indican que varios de ellos pertenecen a grupos del crimen organizado. Estas personas, consideradas por muchos como el grupo de choque al servicio de la alcaldesa, mantienen siempre una actitud hostil y, en muchas ocasiones violenta, hacia quienes están en contra de las acciones de su jefa.
Esta es una situación que enciende los focos rojos entre los habitantes de la Alcaldía en cuestión. El temor y la zozobra son las armas favoritas de la alcaldesa y las utiliza contra quienes protesten por su forma de gobierno. No cabe duda que Sandra Cuevas tiene calles blancas, gracias a sus estrategias oscuras.