Le Magistrade y los crímenes de odio en México.
Por Omar Sánchez
La mañana del lunes 13 de noviembre, una noticia estremecedora sacudió los cimientos de la sociedad mexicana. Jesús Ociel Baena Saucedo, Magistrade del Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes, y su pareja sentimental, Dorian Herrera, fueron encontrados sin vida en su domicilio del fraccionamiento Punta del Cielo. Ambos cuerpos presentaban heridas causadas por «armas o navajas u objetos cortantes», según confirmó Jesús Figueroa Ortega, fiscal de Aguascalientes. Baena Saucedo, una figura destacada que en octubre de 2022 se convirtió en la primera persona no binaria en ocupar una magistratura en México y América Latina, dejó tras de sí un legado de lucha por la inclusión y la igualdad. Su reciente título académico de maestre en Derecho Electoral, otorgado con lenguaje inclusivo, destacó su compromiso con la diversidad y la justicia social.
Le Magistrade, consciente de las amenazas que enfrentaba, contaba con protección federal. El 31 de julio de 2023, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió un acuerdo avalando medidas de protección ante el riesgo de sufrir algún atentado. Este riesgo se materializó de manera trágica, sumiendo a México en un luto que va más allá de la pérdida de dos vidas valiosas. Las amenazas a Baena Saucedo no eran aisladas; provenían del entorno digital, un espacio donde la violencia y el odio se manifiestan de formas insidiosas. Las redes sociales, lejos de ser solo un medio de comunicación, se convirtieron en una herramienta para difundir discursos de odio y amenazas que, en este caso, desembocaron en una tragedia.
El contexto de violencia hacia la comunidad LGBTTTIQ+ se volvió más evidente con el asesinato de Ulises Nava, otro activista del mismo colectivo, afuera del Museo Descubre de Aguascalientes el mismo mes. La suma de estos eventos pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar la discriminación y la violencia estructural contra las personas que desafían las normas de género. Durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, confirmó la muerte de Le Magistrade, pero se negó a emitir pronunciamientos, limitándose a asegurar que se llevarían a cabo las investigaciones correspondientes.
Este caso no solo representa la pérdida de un defensor de derechos humanos, sino también un desafío para el sistema judicial y de seguridad del país. La falta de daño en las cerraduras de la casa de Baena Saucedo ha llevado a las autoridades a descartar la presencia de una tercera persona en el lugar del crimen. Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que no se puede afirmar con certeza que las heridas fueron infligidas por terceros. La investigación en curso será fundamental para esclarecer estos detalles y proporcionar respuestas a una sociedad consternada.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no ha sido indiferente ante este suceso. A través de sus redes sociales, expresó su pesar por la muerte de Baena Saucedo, instando al Estado mexicano a realizar la investigación con «debida diligencia y perspectiva de género», considerando su labor como defensor de derechos humanos y operador de justicia. Este llamado se suma al de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que el 14 de noviembre condenó la muerte del Magistrado y solicitó una debida diligencia en la investigación.
La sociedad mexicana no ha permanecido impasible ante este crimen. Manifestaciones y marchas han tenido lugar en diferentes entidades del país, con la comunidad de la diversidad sexual y organizaciones civiles de derechos humanos liderando el clamor por justicia. La Velada Nacional Pacífica en la Plaza de la Constitución, con más de 100 veladoras formando un camino frente a Palacio Nacional, fue un momento simbólico de duelo y unidad en la lucha contra la violencia y el odio.
En un giro adicional, la familia de Baena Saucedo fue víctima de un robo en su casa en Saltillo. El asesor jurídico de la familia expresó su preocupación por una posible conexión entre ambos eventos, subrayando la necesidad de precauciones adicionales. Esta situación plantea interrogantes sobre la seguridad y protección no solo de los activistas, sino también de sus seres queridos, quienes ahora enfrentan la vulnerabilidad de ser blanco de represalias. Este caso, más allá de ser una tragedia individual, resalta la urgente necesidad de abordar la violencia de género y la discriminación arraigada en la sociedad mexicana. La memoria de Jesús Ociel Baena Saucedo debe convertirse en un motivo para un cambio real en la protección de los derechos humanos y la igualdad de género. La investigación en curso no solo buscará justicia para Le Magistrade y su pareja, sino que también establecerá un precedente en la lucha contra la violencia motivada por prejuicios y discriminación.
En conclusión, la pérdida de Jesús Ociel Baena Saucedo no solo debería ser un llamado a la acción para el sistema judicial y de seguridad mexicano, sino también para la sociedad en su conjunto. La violencia y el odio no deben tener cabida en un país que aspira a la justicia, la igualdad y el respeto por la diversidad. La investigación en curso es un paso crítico para encontrar respuestas y rendir homenaje a quienes, como Baena Saucedo, lucharon incansablemente por un México más inclusivo y justo.
En alguna ocasión Le Magistrade, también denunció que había sido víctima de discriminación por parte de algunos colegas del Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes. Afirmando que un compañero de trabajo le dijo que no se vistiera de colores brillantes porque «no era profesional». El estilo de vestir de Le Magistrade Jesús Ociel Baena Saucedo era una expresión de su personalidad y de su compromiso con la diversidad. A menudo vestía con ropa de colores brillantes y accesorios llamativos, lo que le valió el reconocimiento como una de las personas más influyentes de la comunidad LGBTIQ+ en México. Baena Saucedo solía vestir con faldas y tacones, lo que era inusual para una persona en su posición. Su estilo de vestir era una forma de desafiar los estereotipos y de promover la igualdad de género.
Cuando fungía como Magistrade del Tribunal Electoral de Aguascalientes, alguna vez declaro lo siguiente: «Mi forma de vestir es una forma de expresar mi identidad y mis valores. Creo que todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género, deberían tener la libertad de vestirse como quieran».
La comunidad LGBTTTIQ+, ha expresado su profunda indignación y dolor por la muerte de Le Magistrade Jesús Ociel Baena Saucedo, quien siempre actuó como una persona valiente y comprometida con la lucha por los derechos de las personas diversas. Su muerte es una pérdida irreparable, pero su legado seguirá vivo, su lucha por la justicia y la igualdad seguirá inspirando a generaciones futuras de activistas, el crimen contra Le Magistrade nos recuerda de que las personas comunidad LGBTTTIQ+ siguen siendo vulnerables a la violencia y la discriminación de una sociedad terriblemente machista.
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