MARÍA ELENA RÍOS CONTRA LA VIOLENCIA ÁCIDA Y POLÍTICA
Por Omar Sánchez
El caso de María Elena Ríos Ortiz, la joven saxofonista oaxaqueña atacada con ácido, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia de género en México. Su historia, marcada por el dolor, la valentía y la resiliencia, ha visibilizado una problemática que afecta a millones de mujeres en el país y ha puesto en el centro del debate la necesidad de transformar un sistema judicial que, con frecuencia, revictimiza a las mujeres que han sido violentadas por hombres. El 9 de septiembre de 2019, María Elena Ríos de tan solo 26 años y su madre de 57 sufrieron un ataque al llegar a su hogar en Huajuapan de León, Oaxaca. Ambas caminaban por la calle aproximadamente a las 10:00 horas, cuando la joven saxofonista fue rociada de ácido directamente en el rostro sufriendo lesiones de segundo grado, mientras que su madre también resultó con lesiones debido a la salpicadura de esa sustancia en su cuerpo.
La agresión sufrida por María Elena no fue un hecho aislado, sino el resultado de una compleja mezcla de violencia de género, poder y corrupción. El ataque con ácido es una práctica cruel y cobarde, busca desfigurar, humillar y someter a sus víctimas. En el caso de María Elena, esta agresión fue un intento de silenciarla, arrebatarle su autonomía y traumatizarla para siempre. Si no eres mía no serás de nadie, así de contundente es el mensaje que manda un hombre que ataca con ácido a una mujer. La violencia de género es un fenómeno arraigado en las estructuras sociales, culturales y económicas de México. Se manifiesta de diversas formas, desde la violencia física y psicológica hasta la económica y sexual. Las causas de esta problemática son múltiples y se entrelazan de manera compleja: la desigualdad de género, estereotipos en los roles de género, la cultura machista, la impunidad y la falta de acceso a la justicia son solo algunos de los factores que conforman el terrible crisol de la violencia hacia las mujeres en nuestro país.
Uno de los mayores desafíos en la lucha contra la violencia de género es la impunidad. En México, un alto porcentaje de casos de violencia contra las mujeres quedan sin castigo. Las razones de esta impunidad son múltiples: el miedo de las víctimas a denunciar, la falta de capacitación de los impartidores de justicia, la corrupción y la revictimización son algunos de los obstáculos que enfrentan las mujeres víctimas de violencia que buscan justicia, en un sistema judicial inoperante, que además se encuentra al servicio de las elites más poderosas de México. Tal como ha sucedido con María Elena Ríos y el autor intelectual de su ataque, Juan Antonio Vera Carrizal, ex diputado local de Oaxaca; quién ordenó el cobarde atentado en contra de la saxofonista. De acuerdo con Ríos Ortiz, el ataque en su contra fue orquestado después de terminar su relación sentimental con Juan Antonio Vera Hernández, hijo del político priista.
La fiscalía de Oaxaca tardó mucho tiempo en girar orden de aprehensión para juan Antonio Vera Hernández, quién mantenía una relación sentimental con María Elena Ríos. Según las autoridades, Vera Hernández ya no se encuentra en el estado Oaxaca, y luego del trabajo conjunto de las 32 fiscalías del país, se determinó que tampoco sigue en territorio mexicano y que logró huir al extranjero gracias a la complicidad de políticos y autoridades locales. Debido a esta serie de atropellos jurídicos, este caso en específico ha puesto de manifiesto la necesidad de transformar el sistema de justicia mexicano, para garantizar que agresiones como esta no queden impunes. María Elena Ríos ha luchado sin descanso para buscar justicia, desde el momento del ataque, ha utilizado su voz para denunciar públicamente lo ocurrido y visibilizar la violencia de género que millones de mujeres sufren en México. A través de redes sociales y entrevistas con medios de comunicación, ha compartido su historia, alentando a las mujeres a emitir sus denuncias. También ha convocado y participado en diversas manifestaciones, marchas y conferencias para exigir que se esclarezcan los hechos y se castigue a los responsables. Su caso se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia de género en México, generando una gran movilización social en todo el país
Afortunadamente ha contado con el apoyo de diversas organizaciones de la sociedad civil y abogados especializados en derechos humanos, quienes la han asesorado y acompañado en el proceso legal. Su caso ha trascendido las fronteras de México y ha recibido el apoyo de organizaciones internacionales de derechos humanos. Esto ha contribuido a generar presión sobre las autoridades mexicanas para que investiguen con mayor eficacia. Si bien su lucha no ha sido sencilla, hay que mencionar uno de sus principales logros jurídicos; la llamada “Ley Malena”, una reforma legislativa que busca reconocer y castigar de manera específica los ataques con ácido, sustancias químicas o corrosivas en contra de personas, principalmente mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas trans y con discapacidad. Esta ley entró en vigor en febrero de 2024 en la Ciudad de México y significó un gran avance en materia de derechos humanos para las mujeres de todo el país.
Y cuando se pensaba que todo iba marchando bien para María Elena Ríos, un mensaje que publicó en su cuenta de la red social “X”, encendió focos rojos para millones de mujeres en México, el mensaje decía lo siguiente: “Juan Antonio Vera Carrizal ha quedado en libertad. 20 minutos le tomó a este juez corrupto la resolución. Esto es Oaxaca. Esto es México. Esta es la impunidad que viven las mujeres que luchamos por la justicia”. Incluso el actual gobernador de Oaxaca expresó en la misma red social, su desacuerdo con el juez: “La terrible absolución y liberación de Juan Antonio Vera Carrizal es una muestra más de la corrupción y putrefacción del Poder Judicial. Condeno enérgicamente el fallo de un juez criminal y cómplice del victimario, que lastima a la justicia y a todas las víctimas de la violencia feminicida. Es hora de reformar el Poder Judicial para que en Oaxaca no prevalezca la impunidad” expresó.
Sin embargo a escasas horas del controversial fallo judicial, una jueza del circuito de la mixteca de Oaxaca ordenó a través de un escrito que su libertad quedó sin efecto, por lo que seguirá en prisión. La jueza María Antonia Esteva Domínguez señaló que tanto Vera Carrizal, como Ruvicel Hernández Ríos y Rubén Loaeza Charrez, probables responsables del feminicidio en grado de tentativa en contra de María Elena Ríos, continuarán con la medida cautelar originalmente impuesta, es decir, prisión preventiva justificada. Además se ordenó la apertura de una investigación al juez José Gabriel Ramírez Montaño, quién absolvió de toda culpa y responsabilidad a Juan Antonio Vera Carrizal. Esta investigación busca fincar responsabilidades administrativas y penales en contra, por posibles actos de corrupción en el desempeño de sus funciones y conductas ilícitas. Ante esta situación, miles de voces de colectivas feministas, mujeres de todo el país y grupos independientes de derechos humanos, han ofrecido su apoyo y solidaridad a María Elena Ríos, quien lleva 5 años exigiendo una justicia que aún no ha llegado.
La violencia contra María Elena Ríos, ha desenmascarado la profunda crisis de impunidad diariamente enfrentan las mujeres en todo el territorio mexicano. Esta impunidad, muchas veces respaldada por poderosas redes de políticos corruptos y machistas, quienes han permitido que los agresores no sean juzgados adecuadamente. La valentía de María Elena ríos ha encabezado un movimiento que exige justicia y un cambio profundo en el sistema judicial de nuestro país. Es imperativo que los medios de comunicación masivos y las redes sociales, sigan visibilizando estos casos y que la ciudadanía se organice para exigir que desaparezcan los pactos de impunidad y se construya un verdadero Estado de derecho que proteja los derechos de todas las mujeres mexicanas.