“LOS RECUERDOS DEL PORVENIR”

Por José Luis Mecatl Morales

(1952)

ELENA GARRO

(Puebla, 1916 – Cuernavaca, 1998)

Fascinante, no puede ser otro el calificativo que, desde mi humilde trinchera, me permito asignarle a esta gran novela.

Los recuerdos del porvenir, es la narración llevada a cabo por un pueblo imaginario, Ixtepec, sobre sí mismo: “Aquí estoy. Sentado sobre esta piedra aparente”; “Desde esta altura me contemplo: grande, tendido en un valle seco”; “Yo supe de otros tiempos: fui fundado, sitiado, conquistado y engalanado para recibir ejércitos”. Nos habla de sus calles, sus casas, de las familias que las habitan; de sus historias que se determinan por la imposición en el pueblo del ejército, a cargo del dictador general, Francisco  Rosas, y sus aliados, quien pretende el control de las vidas de sus habitantes, pero también por la oposición de una parte de la población en la que la familia Moncada desempeña un papel fundamental: Doña Ana y Don Martín, lo padres; Nicolás, Isabel y Juan, los hijos. 

Todo transcurre al inicio de la Guerra Cristera. En ese delimitado espacio de Ixtepec se concentran las calamidades, tragedias, y vicisitudes de todo tipo que se suceden en gran parte del país en esa etapa de nuestra historia; se presenta completo el mosaico social y cada uno de los actores  aparece cumpliendo cabalmente la parte que le corresponde en la trama: están presentes los marginados (las mujeres, los indígenas, las prostitutas, los orates), el clero, la burguesía (la parte aliada al poder, que siempre sale ganando) y la parte más identificada con la vertiente religiosa (los Moncada)     

Magistral retrato de la época, muestra las injusticias sufridas por la población más humilde, los asesinatos, los despojos; la violencia contra las mujeres, que era pan de cada día; la impunidad ejercida desde el poder de los militares; todo ello matizado por las reacciones, podríamos decir heroicas, de algunos representantes de la población. Relato en el que los tiempos parecen mezclarse, confundirse; donde describe un mundo de otra época, pero que pudiera ser una crónica del tiempo actual, de un porvenir que ya nos alcanzó y del que la autora no presenta sus recuerdos.

Libro escrito en 1952 pero que hoy día, por su temática resulta muy actual; narrado en una prosa en donde lo real y la imaginario son todo lo mismo y en una concepción del tiempo en donde todo confluye necesariamente en la conjunción de los tiempos, sólo eso lo hace comprensible.

Elena Garro, es una autora que ha sido injustamente relegada por décadas; quizá uno de sus mayores pecados fue haber sido esposa de Octavio Paz, a cuya sombra permaneció. Al leerla es inevitable pensar en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez o en Pedro Páramo de Juan Rulfo; ha sido nombrada precursora, madre, del llamado Realismo Mágico, concepto que ella siempre rechazó pero, se reconozca o no, la impronta de su obra se encuentra indudablemente presente en los escritos de los autores identificados esa línea; a guisa de ejemplo, permítaseme la licencia de la siguiente larga cita de esta impactante novela:

Una generación sucede a la otra y cada una repite los actos de la anterior. Solo un instante antes de morir descubren que era posible soñar y dibujar el mundo a su manera para luego despertar y empezar un dibujo diferente. Y descubren también que hubo un tiempo en que pudieron poseer el viaje inmóvil de los árboles y la navegación de las estrellas, y recuerdan el lenguaje cifrado de los animales y las ciudades abiertas en el aire por los pájaros. Durante unos segundos vuelven las horas que guardan su infancia y el olor de las hierbas, pero ya es tarde y tienen que decir adiós y descubren que en un rincón está su vida, esperándolos, y sus ojos se abren al paisaje sombrío de sus disputas y sus crímenes y se van asombradas del dibujo que hicieron con sus años. Y vienen otras generaciones a repetir sus mismos gestos y su mismo asombroso final. Y así las seguiré viendo a través de los siglos, hasta el día en que no sea ni siquiera un montón de polvo y los hombres que pasen por aquí no tengan ni memoria de que fui Ixtepec.    

Un libro que no puedes permitirte dejar de lado.

¡Te invito a leer!    

José Luis Mecatl Morales

1 de mayo, de 2022