LA NOVIA OSCURA
Por José Luis Mecatl Morales
(2007)
LAURA RESTREPO
(BOGOTÁ, 1950)
La narración de la historia que esta vez nos ocupa, discurre paralelamente entre el devenir de Tora, una localidad que corre a lo largo del río Magdalena, y la vida de una pequeña niña, desnutrida y desdichada, pero con una fuerte voluntad de cumplir a la mayor brevedad su gran objetivo, dicho sin mayores tapujos a Sacramento, el primero que la vio llegar al lugar: “voy a ser puta”, por lo que sin mediar duda se hizo llevar a “La Catunga”, el barrio de las mujeres, donde se consiguió como madrina a “Todos los Santos”, una vieja y sabia prostituta retirada, quien sin dudarlo aceptó ser su madrina, iniciando de inmediato la preparación de la niña hasta llegar a convertirla en la favorita: “… le bastó con echarle un vistazo a esa criatura desmechada y cerrera que se le plantó delante, medio retando medio implorando, para reconocer en ella esa singular mezcla de desamparo y soberbia que enardecía el deseo masculino más que cualquier afrodisíaco, y como sabía por años de experiencia que era virtud difícil de encontrar, le dijo que estaba bien, que la iba a poner a prueba a ver si servía.”
Contra todo pronóstico inicial, sobre todo por su escasez de atributos físicos, pero merced a la gran fuerza de carácter que la significaba, Sayonara, tal pasó a ser su nombre de batalla, se convirtió muy pronto en la más buscada por los “… hombres recién bañados y perfumados que los días de paga bajaban apiñonados en camiones por la serranía desde los campos petroleros hasta la ciudad de Tora…”, obreros del Campo 26 de la Tropical Oil, que hacían largas filas esperando alcanzar la oportunidad de pasar un momento con Sayonara. Todo le iba muy bien, de manera que se daba el lujo de elegir a sus clientes, entre otros desplantes, que sólo a ella le admitían y aceptaban de buena gana; fue así que toco la suerte a un telegrafista mexicano, llamado Renato Leduc, de conocerla y enamorarse perdidamente de ella, “… –un hombre que ha vivido mucho, según interpreta Todos los Santos–; que quedó prendado de Sayonara desde que la vio por vez primera a través de la ventanilla de la oficina de telégrafos de Tora; que se convirtió en su cliente asiduo y encandilado y que semanalmente dejaba en sus manos la casi totalidad de su escaso salario.”
Pasado algún tiempo, Sayonara se enamorará del Payanés, uno de sus clientes del campo petrolero, para este momento amigo de Sacramento, aquel que por primera vez la vio en Tora y, no podía ser de otra manera, también eterno enamorado de la mujer desde que era niña; se formará así un muy complejo triángulo amoroso que a partir de ese momento los mantendrá vinculados y del que parecen no tener escapatoria.
La novia oscura, la historia de Sayonara, es un producto de la casualidad, la autora se encontraba realizando una investigación sobre el robo de gasolina y de manera accidental se encontró con una fotografía de la niña-mujer-prostituta y la describe de magistral manera: “Era un primer plano de una muchacha mestiza de una oscura belleza bíblica, sin maquillaje ni adornos, que respiraba un vaho de selvas vírgenes y al mismo tiempo de bajos fondos, que de verdad perturbaba. Tenía el porte de las tahitianas pintadas por Gauguin, pero ni una gota de la ingenuidad del buen salvaje. Los suyos eran rasgos suavizados de india vernácula, pero su expresión, no supe precisar por qué, delataba malicia urbana.”
Una muy interesante historia repleta de singulares personajes, y que enlaza el mundo de las mujeres, en una pequeña localidad colombiana, con las fuertes corrientes migratorias atraídas por el auge petrolero desatado en la región durante la primera mitad del siglo XX, personajes que habrán de cumplir su destino inexorablemente.
¿Te gustaría saber en que termina la historia de Sayonara?
Te invito a leer.
José Luis Mecatl Morales
3 de abril, de 2022