«LA DULCE HIEL DE LA SEDUCCIÓN”
Por José Luis Mecatl Morales
(2007)
ANA CLAVEL
(Comp.)
(Ciudad de México, 1961)
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE) una de las acepciones de seducción es “Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual”, y todo indica que esto no es privativo del ser humano, algunas especies de animales recurren a rituales y galanteos de diversa índole para seducir, para llegar a “ese oscuro objeto del deseo”; pavorreales, pingüinos, hipocampos o caballitos de mar, se encuentran entre los casos más conocidos.
Sobre la hiel, la RAE nos dice, en uno de sus significados, que es “Amargura, aspereza, desabrimiento”, y, es aquí, partiendo de estas ideas muy básicas, que nos preguntamos: ¿es así la seducción? ¿puede ser dulce y amarga al mismo tiempo? Cada quien de acuerdo con sus variadas vivencias podrá tener registros llenos de altibajos, pero ciertamente la seducción es una experiencia plena de ricos y muchas veces inesperados matices.
La dulce hiel de la seducción, es una muy sabrosa compilación de cuentos a través de los cuales los autores presentan una gama de personajes disímbolos, con estrategias diferenciadas, y con fines muy diversos, en donde la atracción sexual desempeña un papel esencial, pero que en ocasiones se convierte en un pretexto para lograr propósitos menos nobles que el acto amoroso. Lo mismo encontramos un relato acerca de una especie de lolita, con el que se inicia la colección; la revelación de la “verdadera historia de Camelia la texana”; la descripción de un episodio de un futbolista jamaiquino, previo a su encuentro ante la selección mexicana; la historia de una mujer “de buena familia” con un vagabundo; en fin, historias varias que debemos a escritores consagrados, hombres y mujeres, todas ellas de muy buena manufactura, llenas de todo tipo de situaciones, traiciones, infidelidades, engaños, pero sobre todo repletas de erotismo y, en algunos casos, hasta de amor, o algo que se le parece. Así estas breves historias hacen justicia al título que las reúne, la seducción resulta ser agridulce, para muestra dos bellas frases: “EL encuentro último de los amantes suele guardar un detalle inédito, que a la postre pareciera un talismán que convocó la separación.” O esta otra, “… amamos, en los extremos de nuestras posibilidades, lo que no existe, lo que no hemos hecho, y, sobre todo, a quien no está.”
Y a manera de colofón no puedo resistirme a la idea de citar al gran poeta chiapaneco, al desaparecido Jaime Sabines (1926-1999): “Déjame que investigue las últimas células de tu cuerpo, los últimos rincones de tu alma; déjame que vuele tus secretos, que aclare tus misterios, que realice tus milagros; consérvate, presérvate, angústiate; sufre el amor; espérame…” (Los amorosos 2009)
Te invito a leer.
José Luis Mecatl Morales
20 de febrero, de 2022