“EL ANFITRIÓN”
Por José Luis Mecatl Morales
(1987)
JORGE EDWARDS
(Santiago, 1931)
Fausto es un personaje mítico, inspirado en un mago que se supone vivió entre los siglos XIV y XV en una región de lo que hoy es Alemania, quien se jactaba de haber vendido su alma al diablo para tener acceso a conocimiento y a la vida mundana sin límites; mito que ha sido retomado de muy diversas maneras a través de la historia y en distintas manifestaciones del arte: escritos, música, películas, entre otras.
La versión literaria que resulta más familiar en nuestro contexto actual es, sin duda, el Fausto de Goethe; en esa tradición se inscribe claramente la novela de Jorge Edwards, quien nos narra las peripecias por las que atraviesa “Faustino” Joaquín Piedrabuena Ramírez, colaborador habitual con cierto reconocimiento en algunas publicaciones culturales en Chile de principios de los años setenta, del siglo pasado, que se ve forzado a huir de su país como parte de la diáspora provocada por la violencia desatada por el golpe de Estado perpetrado por Augusto Pinochet en contra de Salvador Allende en 1973.
Obligado a refugiarse en Berlín Oriental, Faustino Piedrabuena vive relativamente cómodo y tranquilo como parte de una comunidad de exiliados que son protegidos por organizaciones de camaradas alemanes; no obstante, la monotonía de su vida cotidiana y el hartazgo que le provocaba la improductividad de las discusiones con sus compañeros, le van ocasionando una creciente sensación de insatisfacción, situación en la que la casualidad lo lleva a conocer a un enigmático personaje que resulta ser Apolinario Canales, El Anfitrión, (el Diablo, se entiende), quien pausadamente lo va llevando de la mano, haciéndolo partícipe de degustaciones diversas a las que accede no sin cierto recelo, hasta que le presenta la oferta de un trato que le daría acceso a un enorme poder que no se había imaginado llegar a tener, a una vida nueva, entregando a cambio todo su pasado.
Ambientada en el Chile de mitad de los setentas, revisitando un Mito histórico, la novela nos trae nuevamente a la memoria una etapa histórica fundamental que convulsionó la situación internacional de aquellos días y cuyo impacto, puede decirse, perdura incluso hasta nuestros días, afectando de manera muy especial y significativamente la vida social y política de los países de América Latina.
De esta manera, el laureado escritor chileno, Jorge Edwards, en una narración plena de ironía, nos permite contar con una versión actualizada del Mito de Fausto, al tiempo que refresca la memoria sobre una etapa en la historia de nuestra región que no debe olvidarse, sobre todo, para que no vuelva a repetirse.
José Luis Mecatl Morales