CUADERNO IDEAL
Por José Luis Mecatl
(2014)
BRENDA LOZANO
(Ciudad de México, 1981)
De acuerdo con la Enciclopedia de la literatura en México, Brenda Lozano es ensayista y editora, estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad Iberoamericana y ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; ha tenido residencias de escritura en Estados Unidos, Europa y América del Sur; es colaboradora en Letras Libres y Día Siete, entre otras publicaciones; su obra ha aparecido en diversas antologías; actualmente edita la sección de narrativa de la revista literaria make, de Chicago y es parte de la editorial Ugly Duckling Presse; ha publicado tres novelas, Todo o nada, de 2009; Cuaderno ideal, de 2014, ya traducida al inglés; y la más reciente, Brujas, de 2020.
Cuaderno ideal, resulta ser la historia de una moderna Penélope quien, a semejanza de la heroína de esa tremenda narración que nos ha sido transmitida a través de la Odisea, se queda esperando el regreso de su amante, Jonás, quien ha debido acudir a España por la muerte de su madre, tejiendo y destejiendo historias, mismas que va hilando una tras otra, dejándonos claramente la idea de que esa sucesión no deberá terminarse, manteniendo así viva la esperanza de que el hombre que ella espera impacientemente, finalmente regrese.
Son varias las claves a través del libro a las que hay que seguirles la pista y que la autora hábilmente va intercalando; la protagonista, cuidadosa observadora de su entorno, insiste en ir tomando notas en su cuaderno ideal; ideal porque esa es la marca del cuaderno que ella obsesivamente utiliza para tomar sus notas y los busca por papelerías viejas de los lugares que eventualmente visita, pero el cuaderno resulta ser ideal por mucho más que una marca:
Mi cuaderno Ideal es música de bolsillo.
Un cuaderno ideal es también un karaoke. Un cuaderno ideal en su infancia sirve de posavasos, en edad madura sirve para trabar puertas. Un cuaderno ideal en edad reproductiva abre sus dos páginas aunque sea tarde, se abre de páginas incluso un domingo por la madrugada, como ahora. Un cuaderno ideal también es un teléfono. Un cuaderno ideal permite una metamorfosis griega en medio de una oficina como en la que trabajo. Un cuaderno ideal no se escribe en tercera persona, ni en primera, ni en segunda, se escribe en las tres porque es ideal. La misma suerte corren los tiempos verbales. Un cuaderno ideal es breve, fragmentario, inconexo, largo o anecdótico.
Un elegante hombre enano, el enano de la cuadra, se convierte en punto de referencia de la protagonista para medir sus escalas en la vida; la golondrina, el pájaro favorito de Proust, en el que ella fantasea en transformarse; y muy variadas referencias literarias, entre otros elementos, recrean el ambiente en el que la narración transcurre, teniendo como perene música de fondo, en una especie de audiolibro, Wild is the Wind (Salvaje es el viento), una vieja canción de fines de los cincuenta del siglo pasado, en una versión relativamente reciente de David Bowie (muy recomendable, por cierto), que transmite con gran fuerza el temor de la protagonista de que el amor que tanto espera, al final, le sea arrancado:
Como la hoja se aferra al árbol
Oh, querida, aférrate a mí
Porque somos como criaturas del viento, y
salvaje es el viento
Salvaje es el viento
Debo reconocer que Cuaderno ideal, me ha permitido “descubrir” a una interesante joven escritora, que, al contarnos su historia, visita otras obras, otros autores, que le van abriendo puertas donde encuentra resquicios para hilar su trama, ofreciéndonos así una experiencia muy humana, llena de detalles, desde la muy íntima perspectiva de su protagonista, sobre el temor de perder un amor.
¡Te invito a leer!
José Luis Mecatl Morales
24 de julio, 2022