“ABRIL ROJO”

Por José Luis Mecatl Morales

(2006)

SANTIAGO RONCAGLIOLO

(Lima, 1975)

Félix Chacaltana Saldívar, fiscal distrital adjunto, como le gustaba que le llamaran, siempre fue un personaje gris, aún más, se podría decir que en realidad era un individuo en el que la infelicidad se había instalado a lo largo de su existencia; huérfano siendo aun niño, abandonado por su mujer, sin hijos, sin amigos,… ; quizá su mayor virtud era que regía su vida por los códigos y leyes, de las cuales era muy respetuoso y, quizá esa era, también, su mayor problema.

La monotonía que significaba el seguimiento de sus actividades cotidianas, llenando acuciosamente formatos y elaborando informes prolijos de los casos a los que iba dando seguimiento, sólo era matizada por la expectativa de que se le presentara un caso lo suficientemente importante que lo pudiera proyectar hacia una ascenso, asunto que era por demás muy difícil que sucediera en Ayacucho, pequeña provincia de Perú, que lo vio nacer y a la que había regresado, a la casa de su madre, después de pasar varios años en Lima.

Inesperadamente, en las cercanías de la Semana Santa del año 2000, se descubrió un cuerpo calcinado, prácticamente desfigurado, asunto del cual el fiscal distrital adjunto, Félix Chacaltana Saldívar, tuvo que tomar conocimiento e iniciar el informe correspondiente, mismo que fue elaborado con todo el cuidado que el caso le merecía. Un aparente caso de rutina, un posible asunto de celos aderezado por los altos niveles de consumo de alcohol, usuales entre los locales en el marco propio de los eventos de esas fechas, eran los argumentos que señalaban el rumbo de las decisiones que iban tomando las autoridades, de manera que todo indicaba que se trataba de un evento sin la mayor trascendencia.

A pesar de todo, el fiscal distrital adjunto, Félix Chacaltana Saldívar, con ese prurito por la ley que lo caracterizaba, fue encontrando ciertos detalles que lo llevaron a pensar en que se tratara de algo más que un simple asesinato; algunos vagos elementos que parecían vincular el tema con posibles actos de terrorismo, algo que para las autoridades judiciales y militares de Ayacucho era prácticamente imposible, toda vez que la época de la guerra prácticamente había terminado y la existencia de Sendero Luminoso no era más que un mal recuerdo, o por lo menos esa era la versión oficial.

A contracorriente, a pesar de los obstáculos y de las burlas de las propias autoridades, a quienes al parecer les urgía dar por concluido el asunto, el fiscal distrital adjunto, Félix Chacaltana Saldívar, guiado por su instinto y su obcecado interés de dar cumplimiento riguroso a lo que señalaban las leyes, poco a poco se fue sumergiendo en un complejo entramado de intrigas, engaños y traiciones, que lo llevarían a descubrir un verdadero mundo de horror; uno del que las más altas autoridades del país tenían pleno conocimiento, e incluso se encontraban involucradas, mismo al que se procuraba mantener oculto, cubierto por un velo de mentiras ante la opinión contraria al gobierno en turno.

Un verdadero thriller, novela de suspenso, inteligentemente articulado y narrado por Roncagliolo, quien con esta obra ha sido el autor más joven en haber obtenido el Premio Alfaguara, nos trae a la memoria una etapa en la historia reciente de Perú, marcada por la violencia extrema, de esas que quisiéramos que nunca hubieran existido en la historia de la humanidad pero que parecieran ser el sine qua non de nuestra existencia, muy lamentablemente.  

Te invito a leer.

José Luis Mecatl Morales

13 de febrero, de 2022