Perú, la larga noche que se avecina.
Por Omar Sánchez
El 7 de diciembre de 2022 comenzó un tortuoso camino para los habitantes de Perú, pues su entonces presidente, Pedro Castillo, quien solo duró en el poder un año con cinco meses (21 de julio de 2021 al 07 de diciembre de 20222), fue detenido y posteriormente encarcelado, acusado de los delitos de rebelión e “incapacidad moral permanente”. Cabe señalar que este argumento ha sido utilizado constantemente en Perú para destituir presidentes. Históricamente, el curioso argumento de «incapacidad moral permanente» se utilizaba en el siglo XIX como una acusación de locura, pero actualmente se encuentra relacionado con actos de supuesta corrupción del presidente.
José Pedro Castillo Terrones es hijo de dos campesinos analfabetos, vivió su infancia como agricultor, y con grandes esfuerzos logro concluir sus estudios para poder desempeñarse como profesor en zonas rurales y marginadas de Perú. Bajo el lema “No más pobres en un país rico”, Pedro Castillo fue forjando una sólida carrera política en la cual abanderaba las necesidades del sector más olvidado de Perú: los pobres, los campesinos y los socialmente olvidados. Además fue líder sindicalista y precursor de una gran huelga magisterial en el año 2017.
Pedro Castillo se presentó a las elecciones presidenciales de Perú el 5 de Abril de 2021 siendo candidato del partido de izquierda “Perú Libre”. Su principal contendiente fue la controvertida Keiko Fujimori, candidata del partido de derecha “Fuerza Popular”. Keiko se postulaba por tercera ocasión a la Presidencia de Perú. Su padre, Alberto Fujimori, fue presidente de Perú desde julio de 1990 hasta noviembre del año 2000, y fue encarcelado por malversación de fondos por 15 millones de dólares. Además fue acusado de usurpación de funciones, peculado y falsedad ideológica, así como corrupción y espionaje. Fue condenado a 25 años de prisión. A pesar de esos antecedentes familiares, Keiko seguía gozando de un gran apoyo de las élites económicas y la contienda contra Pedro Castillo lucía muy reñida.
Las leyes electorales peruanas indican que para ser declarado ganador de la elección presidencial en dicha nación, se deben obtener más de la mitad de los votos que sean considerados válidos, y en caso que ningún candidato o candidata logre esa cifra, se efectuará una segunda elección dentro de los 30 días siguientes a la conclusión de los cómputos oficiales, elección en la cual solo pueden participar los dos candidatos que tuvieron la votación más alta.
La primer vuelta electoral presidencial, que se realizó el 11 de abril de 2021 en Perú, arrojó los siguientes resultados: Pedro Castillo, obtuvo el 18.9% de los votos válidos; y Keiko Fujimori logró el 13.4% de votos válidos. Esta situación obligó a una segunda vuelta electoral, la cual sucedió el 6 de junio de 2021, en la cual Pedro Castillo obtuvo la victoria sobre Keiko Fujimori por tan solo 44,263 votos. Debido a la diferencia tan pequeña en votos válidos, Perú comenzó a vivir una gran polarización social, que se fue acrecentando por la pandemia de COVID-19, lo cual generó una situación económica muy complicada para los peruanos
Pese a las denuncias de Keiko Fujimori sobre un fraude electoral, todos sus recursos fueron desechados, e incluso el Departamento de Estado estadounidense calificó al sistema electoral peruano como “un modelo de democracia en la región” y calificó sus elecciones como “libres, justas, accesibles y pacíficas”
«Este gobierno ha llegado para gobernar con el pueblo y para construir desde abajo. Es la primera vez que nuestro país será gobernado por un campesino. Yo también soy hijo de este país fundado sobre el sudor de mis antepasados». Esas fueron las palabras pronunciadas por Pedro Castillo al ser investido como presidente el 28 de julio de 2021, día del bicentenario de la independencia del Perú, el nuevo presidente peruano lucía un sombrero de palma, símbolo que se convertiría en un estandarte como homenaje a sus orígenes campesinos.
Sin embargo, la estabilidad política jamás llego a Perú, pues de inmediato comenzó a tener profundas diferencias ideológicas con el líder del partido político Perú Libre, quien lo llevó a la presidencia. Esta situación comenzó a restarle apoyo de los legisladores de su bancada en el congreso peruano. De inmediato, los opositores derechistas realizaron dos intentos por sacarlo de la presidencia, los cuales no fructificaron y Pedro Castillo se mantuvo en el poder, haciendo cinco cambios de gabinete, realizando destituciones de funcionarios y soportando renuncias masivas.
El último recurso de Pedro Castillo, fue Castillo disolver el Congreso y tratar de instalar «un gobierno de excepción», a través de del cual podría gobernar con base en diversos decretos de ley, mientras que se pudiera instalar un nuevo Parlamento que redactara una nueva Constitución. Esta situación fue calificada como un auto-golpe de estado, y por esa razón, la Policía Nacional del Perú (PNP) aprehendió a Pedro Castillo, colocándolo en prisión durante 18 meses, mientras se realizaban las investigaciones por los delitos de rebelión y conspiración. Además fue acusado de Incapacidad Moral Permanente para gobernar. Fue así como el congreso declaro “vacancia presidencial” y votaron a favor de que, la hasta entonces vicepresidenta, Dina Boluarte, asumiera como nueva presidenta de Perú, nombramiento histórico al ser la primer mujer en alcanzar este cargo en la historia de la nación peruana.
Los presidentes de Argentina, Chile, Venezuela y Nicaragua, expresaron su preocupación por la situación de Pedro Castillo. Pero fue Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, quién vía Twitter lanzó la siguiente declaración: “Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución con el sui generis precepto de incapacidad moral”, además el canciller Marcelo Ebrard abrió la posibilidad de otorgarle asilo político si en algún momento lo requiriera Pedro Castillo.
Quien sí recibió asilo político en México, fue la esposa de Pedro Castillo, Lilia Paredes, quien junto con sus dos hijos llegaron a territorio mexicano acompañados por el embajador de México en Perú, el diplomático Pablo Monroy. Todo esto, gracias a un salvoconducto que les permitió abandonar el convulsionado país andino.
El muy dividido Congreso de la República en Perú ha rechazado tres veces la iniciativa para adelantar las elecciones presidenciales en 2023. Incluso la presidenta Dina Boluarte ha buscado cabildear para lograr un acuerdo y generar las condiciones para una nueva elección presidencial adelantada. Sus esfuerzos no han fructificado.
Las protestas sociales que comenzaron el 7 de diciembre de 2022, han dejado un total de 69 personas fallecidas. También se habla de ataques a 153 periodistas. Dichos ataques se atribuyen a la Policía Nacional del Perú (PNP) y a “la resistencia”, quienes son partidarios de la ex-candidata presidencial Keiko Fujimori. Perú se encuentra en una situación muy complicada por los diversos bloqueos carreteros que se realizan diariamente. Esto ha derivado en escasez de gas y combustibles, lo que comienza a desesperar a los pobladores de diversas regiones peruanas.
La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) ha llamado a un paro general de labores en todo Perú el día 9 de febrero, la Conferencia Episcopal Peruana ha hecho un llamado a los legisladores para que realicen elecciones anticipadas. Además, diversos especialistas han declarado que los habitantes de Perú han sufrido la represión policiaca digna de una dictadura.
Una larga y oscura noche se avecina sobre la sociedad peruana y lamentablemente ningún sector político hace esfuerzos reales por lograr acuerdos. Y como en todas crisis de gobernabilidad, los más pobres y desfavorecidos económicamente siempre pagan las peores consecuencias.