Kamala Harris contra Donald Trump, la diversidad frente a la intolerancia
Por Omar Sánchez
La política estadounidense continua siendo noticia a nivel mundial, hace algunos días se confirmó lo que ya era un secreto a voces en el partido demócrata: Joe Biden, actual presidente de los Estado Unidos, declinó públicamente la candidatura para poder reelegirse como mandatario en noviembre de este 2024. Después de varias semanas de incertidumbre, la imagen de Biden se fue debilitando notablemente debido a las dudas sobre su salud mental, la cual fue evidenciada por medio de videos en los que se le veía en actos públicos, extendiendo el brazo derecho al aire, intentando estrechar la mano de alguna persona inexistente. Estos videos evidenciaron que el actual presidente se encontraba muy mermado mentalmente. La gota que derramo el vaso para acelerar su salida del proceso electoral fue el pobre desempeño que tuvo en el debate con Donald Trump el pasado 28 de junio, pues durante la transmisión que se realizó en vivo, millones de personas en Estados Unidos y el mundo entero, percibieron muy confundido y dubitativo a Biden al externar sus respuestas.
Después de estas escenas, diversas voces de políticos y personajes de la vida pública sugirieron que Biden reconsiderara contender contra Donald Trump, incluso el actor George Clooney quien históricamente ha sido uno de los principales recaudadores de fondos del Partido Demócrata dijo lo siguiente: «Es devastador decirlo, pero el Joe Biden con el que estuve hace tres semanas en la recaudación de fondos no era el Joe Biden de 2010, ni siquiera era el Joe Biden de 2020. Fue muy triste verlo así en el debate». «¿Estaba cansado? Sí. ¿Un resfriado? Tal vez. Pero nuestros líderes del partido deben dejar de decirnos que 51 millones de personas no vieron lo que acabamos de ver», agregó Clooney. «Lo considero un amigo y creo en él», afirmó la estrella de Hollywood. «Pero la única batalla que no puede ganar es la batalla contra el tiempo». A las palabras del multigalardonado actor, se unieron miles de voces que al unísono pedían a Biden desistir y dejar de luchar por una causa personal perdida.
Después de aislarse algunos días por causa del COVID-19, Joe Biden tuvo el tiempo necesario para pensar y recapacitar acerca de su futuro político, mientras esto sucedía Donald Trump no dejaba de acatarlo en sus eventos de campaña, refiriéndose a él como “el peor presidente en la historia de Estados Unidos”. También hizo mofa acerca de su estado de salud y el proceso legal que enfrenta su hijo Hunter Biden. El equipo de asesores del demócrata trataban de calmar a sus simpatizantes, diciendo que el todavía presidente se encontraba bien y que seguiría adelante en la carrera por la reelección, la presión mediática se volvió cada vez más fuerte y entonces el domingo 21 de julio Joe Biden, dijo que renunciaba a su candidatura en una carta publicada en la red social X a pesar de que había prometido llegar al final de la contienda. Posteriormente el miércoles 24 de julio, dirigió un mensaje en televisión, mediante el cual explicó las razones por las cuales abandonó la contienda. Este mensaje fue emitido desde el Salón Oval de la Casa Blanca
Al comenzar su discurso, el mandatario nunca hizo referencia a su estado de salud, y comenzó diciendo que “la defensa de la democracia es más importante que cualquier título”, después agregó “He decidido que la mejor manera de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación. Es la mejor manera de unir a nuestra nación”. Posteriormente se refirió a la actual vicepresidenta Kamala Harris, como la persona ideal para sucederlo en la postulación demócrata, diciendo que es una mujer “experimentada y firme”. “Continuaré defendiendo nuestras libertades individuales y derechos civiles”, agregó Biden en un mensaje que duro aproximadamente 12 minutos y que además, fue televisado a las 8:00 pm (hora de Washington), siendo este el horario estelar en territorio estadounidense. La candidatura de Kamala Harris será formalizada durante la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará entre el 19 y el 22 de agosto en la ciudad de Chicago, en la cuál 4000 delegados se reunirán para votar y elegir a la persona idónea para enfrentar a Trump en el mes de noviembre.
Dos importantes líderes del partido en el Senado y la Cámara de Representantes respectivamente, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, anunciaron públicamente su respaldo a la vicepresidenta. Sin embargo ella no será ungida como candidata del partido demócrata hasta que cada delegado emita su voto y entonces sí, el resultado de la elección se oficialice para que Harris sea la indicada y de esa forma poder disputar a Donald Trump la presidencia de los Estados Unidos. Kamala Harris ya ha hecho historia dentro del partido demócrata, ya que durante las primeras 24 horas desde que anunció su candidatura a la presidencia, recaudó 81 millones de dólares en donaciones, una cifra récord con la cual los simpatizantes demócratas le dan la bienvenida con una de las mayores cantidades de dinero recaudadas en respaldo a una candidatura.
Donald Trump y su equipo de campaña han lanzado una feroz campaña de ataques contra Kamala Harris, refiriéndose a ella como la “peor persona fronteriza de la historia”, “tonta como una piedra” y una “fiscal débil” que “destruyó la ciudad de San Francisco”. Se ha burlado de su risa y ha lanzado dos apodos: “Kamala la que ríe” y “Kamala la que miente”. Sus aliados han llamado a Harris con la contracción “DEI”, abreviatura de Diversidad, Equidad e Inclusión, e insinuaron que se convirtió en vicepresidenta porque solo es una mujer de afroamericana. Estos ataques cargados de racismo y misoginia pueden resultar contraproducentes para Trump, ya que los votantes de origen afroamericano, hispano y mujeres de todas las edades, podrían sentirse ofendidas por las palabras del candidato republicano y brindar su apoyo a la candidatura de Harris, quien ha sumado importantes apoyos de miembros prominentes de su partido, como el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper; gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, y al senador de Arizona, Mark Kelly, quienes han comenzado a realizar campaña a favor de la vicepresidenta, cada uno en sus estados. Los cuales en elecciones anteriores, han otorgado su apoyo a los republicanos.
Kamala Harris también ha dirigido algunas palabras hacia Trump, “He aceptado participar en el debate del 10 de septiembre, que ya habíamos acordado previamente. Él ya había aceptado participar en él”, dijo Harris. “Ahora, él está dando marcha atrás, y yo estoy lista, y creo que los votantes merecen ver la pantalla dividida que existe en esta carrera en el escenario del debate, así que estoy lista. Vamos”. Dijo la vicepresidenta dirigiéndose a diversos medios de comunicación cuando descendió del avión Air Force One. Como respuesta en un comunicado Steven Cheung, director de comunicaciones de Trump dijo que “Dado el continuo caos político que rodea al corrupto Joe Biden y al Partido Demócrata, los detalles del debate de las elecciones generales no se pueden finalizar hasta que los demócratas decidan formalmente a su candidato”. Eliminando así cualquier posibilidad de poner a Trump frente a Harris en los días próximos.
Poco después de que el equipo desde Trump publicara la declaración cancelando el debate programado, Harris publicó en X: «¿Qué pasó con ‘en cualquier momento, en cualquier lugar’?», en clara alusión a la negativa de Trump para confrontarla en un debate. Durante los próximos meses previos a la elección presidencial en Estados Unidos, los votantes serán testigos de une encarnizada lucha entre un candidato republicano de piel blanca, racista, misógino y xenófobo; contra una candidata demócrata de origen afroamericano, que ha mostrado su apoyo a los migrantes y además se ha pronunciado a favor del aborto libre y seguro a favor de las mujeres estadounidenses.
¿Triunfara nuevamente la intolerancia y la confrontación a favor de Donald Trump?
¿Kamala Harris hará historia al convertirse no solo en la primera mujer, sino en la primer afroamericana en ganar la presidencia de Estados Unidos?
Tú, ¿Qué opinas?