Claudia Sheinbaum y la Violencia Política de Género Ejercida en su Contra
Por Omar Sánchez
El 2 de junio, todos los mexicanos mayores de 18 años acudiremos a las urnas para elegir a nuestra primera mujer presidenta, y tendremos dos opciones: por un lado, se encuentra Claudia Sheinbaum y por el otro Xóchitl Gálvez. Los politólogos estiman que durante esta contienda electoral, se pondrá a prueba la capacidad del actual presidente Andrés Manuel López Obrador de lograr la continuidad de su gobierno a través de Sheinbaum o la fuerza de la oposición para llevar a Xóchitl Gálvez al triunfo en las urnas. Además de la presidencia de México, quedarán definidas las gubernaturas en nueve estados, junto a los puestos de 500 diputados y de 128 senadores. El Instituto Nacional Electoral de México (INE) estima que hay más de 99 millones de personas habilitadas para votar. «Para nosotros en México esta es la elección más trascendental en los últimos 27 años», dijo Verónica Ortiz, analista política, «Tenemos una gran cantidad de cargos públicos en disputa». Ortiz detalló que, tanto Sheinbaum como Gálvez, deberán hacer frente a retos como el crimen organizado, el cobro de piso y las extorsiones por parte de estos delincuentes. Sin embargo, el solo hecho de tener dos mujeres contendiendo por el puesto político más importante, ha puesto de manifiesto un tema del cual poco se hablaba en medios de comunicación: la violencia política de género.
La violencia política de género (VPG) es una forma de violencia que busca anular o desvalorizar el ejercicio de los derechos de mujeres involucradas en la política. Este tipo de violencia se manifiesta de diversas acciones, pues no está limitada a las agresiones físicas, también se pueden presentar agresiones verbales, simbólicas, patrimoniales, económicas, sexuales y psicológicas. La violencia política de género considera varios elementos, como la intención de la acción u omisión, el contexto de género en el que se produce y el impacto diferenciado en las mujeres con sus compañeros con identidad masculina. Los agentes que pueden perpetuar este tipo de acciones pueden ejercerla desde la esfera pública o privada. El Instituto Nacional Electoral identifica que los principales agentes de la violencia política contra las mujeres en razón de género pueden ser: Agentes estatales (servidores y funcionarios públicos), superiores jerárquicos (en el caso en el que una mujer este en función de un cargo público), colegas del trabajo; personas dirigentes de partidos políticos, representantes, simpatizantes o militantes del mismo, precandidatas, precandidatos, candidatas y candidatos para algún puesto de servidor público, medios de comunicación y sus integrantes, particulares o grupos de personas.
Respecto a quien atiende los casos de denuncia por violencia político electoral en razón de género, se considera a la localidad de la víctima y el implicado, para determinar si la asignación de la sentencia es para un organismo a nivel local y o de injerencia federal. Los organismos con las facultades de orientación y sanción de este tipo de violencia en México son: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el Instituto Nacional Electoral (INE), los Organismos Públicos Locales (OPL) y los Órganos Jurisdiccionales Electorales Locales, quienes solicitarán a las autoridades competentes el otorgamiento de las medidas cautelares. Si bien es cierto que la violencia política de género regularmente es ejercida por hombres en contra de mujeres, durante esta contienda electoral se han suscitado una serie de ataques por parte de Xóchitl Gálvez en contra de Claudia Sheinbaum, un claro ejemplo fue la siguiente declaración: “ a diferencia de la candidata de las mentiras, a mi ningún hombre me dice que hacer”, refiriéndose claramente al supuesto yugo que mantiene Andrés Manuel López Obrador y que no le permite a Claudia Sheinbaum, tomar sus propias decisiones. Otros señalamientos graves sucedieron cuando Gálvez llamó “candidata de las mentiras, mentirosa serial, e incluso narcocandidata, a la Doctora Claudia Sheinbaum. Obviamente ninguno de estos dichos ha sido comprobado o documentado.
Entre cuatro y ocho años de prisión, así como entre 200 y 400 días multa son los rangos de la sanción que se puede aplicar a Xóchitl Gálvez, en su calidad de candidata del PAN-PRI-PRD, por la violencia política en razón de género que ha ejercido sistemáticamente contra Claudia Sheinbaum. Para mostrar la gravedad de este tema, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitió el Segundo Informe sobre la Violencia Política para la Protección y Defensa de la Democracia, en torno a las elecciones 2024. En el informe del organismo se analizaron los actos de violencia política que se han ejercido en el proceso electoral. En los resultados, la CNDH determinó quien de las 2 candidatas a la presidencia, Claudia Sheinbaum ha sufrido más violencia política en el proceso electoral 2024, al recibir 1 de cada 4 actos de violencia política por parte de hombres y mujeres pertenecientes a las altas esferas PRI y al PAN. El organismo destacó que es urgente que las autoridades no solo investiguen y castiguen los hechos que se registraron, sino que se refuercen los planes en materia de seguridad, que permitan que las mujeres aspirantes a un puesto de representación popular se sientan seguras y libres de emitir sus opiniones, sin el temor de ser atacadas por expresar sus ideas.
Los comentarios sexualizantes en redes sociales contra Sheinbaum ejercen violencia simbólica, ya que no se ve a la candidata como una mujer en posición de poder, sino que limitan su participación política a las características sexuales. La violencia estética y los comentarios cosificantes, perpetúan la cultura machista y transmiten desprecio a las mujeres en la política al no ser capaz de verlas como personas en puestos de poder, sino solo como sus cuerpos y la sexualización que se pueda hacer de los mismos. Es necesario hacer hincapié en la importancia de que las afectadas por violencia política en razón de género denuncien estos actos para sentar un precedente, en especial en esta elección que tiene a una mujer al frente en las preferencias. Una lamentable realidad es que en México seguimos viviendo en una cultura machista, la cual sigue poniendo obstáculos a las mujeres para evitar que accedan a los puestos más altos de poder político. Tanto columnistas, candidatos y simpatizantes de centro-derecha, se rehúsan a aceptar la idea de ser gobernados por una mujer los próximos seis años.
La participación activa y generar más espacios en la función pública para las mujeres, resulta una forma de combatir y contrarrestar la Violencia Política de Género, sin embargo, también es sumamente importante brindar el acompañamiento a las mujeres que ya han sufrido este tipo de violencia. Aunque aún existe un largo camino por delante para erradicar esta práctica contra las mujeres, es un hecho palpable que la brecha se acortará con la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia de la República, esto gracias a los 100 puntos de nación presentados en el Zócalo de la Ciudad de México y entre los cuales, se da prioridad a la garantía y defensa de los derechos de las mujeres, gracias a este nuevo proyecto de gobierno, se vislumbra un camino positivo para dignificar el papel de todas las mujeres mexicanas.