La(s) ola(s) que viene(n)…llegando

Mientras en Europa, la cuarta ola de contagios por COVID-19, en sus diversas variantes, se encuentra en sus inicios (cosa muy preocupante debido a que se pensaba que la epidemia estaba “domada”, después del proceso de vacunación), habiendo llamados de algunos de los gobernantes, en el sentido de un nuevo confinamiento y medidas drásticas para el control de la misma, en América y México, los indicios de la llegada de esa 4ª ola, parecieran hablar de ella como algo inevitable.

Después de que las restricciones fueran levantándose gradualmente, hasta llegar al momento de abrir las puertas a los espectáculos masivos, tales como conciertos, eventos deportivos como la Fórmula 1, partidos de futbol, así como a la celebración del Día de Muertos, la jornada del Buen Fin, etc., ha venido creciendo la preocupación por los contagios que de allí pudieran surgir.

Con una población que a todas luces se encuentra ávida de retomar sus actividades de una manera “normal”, lo cual ha degenerado en la inconciencia y el relajamiento de las medidas sanitarias, donde cada vez se ve el menor uso del cubrebocas y el casi nulo lavado de manos o uso de gel antibacterial, las puertas de los contagios están, pareciera, abiertas de par en par.

Pero hay también otra ola que cada vez crece más, aquí, en  nuestro país: la de la sucesión presidencial. La ola de la 4T.

Bien dice el dicho que “el que no se mueve, no sale en la foto”. Y todos quieren salir.

Con una Jefa de Gobierno que “coadyuvó a la finalización de la guerra de Vietnam”, según entrevista de Javier Fuente, del diario El País, y un Canciller que cada vez tiene un papel preponderante en la política exterior mexicana, al presidir, incluso, el Consejo de Seguridad de la ONU, en el marco del mes en el que corresponde dicho cargo a México, ambos sumergidos en los escándalos de la línea 12 del Metro de la Ciudad de México, la carrera por la candidatura hacia el 2024, al menos al interior del partido en el poder, ya comenzó, y está por darnos los días más entretenidos, no lo duden.

Mención aparte merece el Secretario de Defensa, Luis Crescencio Sandoval, quien hizo el llamado a “unirse a la 4T”, contraviniendo, a los ojos de un sector de la población, los preceptos marcados en la Ley de Disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en específico en su Artículo 17, que a la letra dice:  “Queda estrictamente prohibido al militar en servicio activo, inmiscuirse en asuntos políticos, directa o indirectamente, salvo aquel que disfrute de licencia que así se lo permita en términos de lo dispuesto por las leyes; así como pertenecer al estado eclesiástico o desempeñarse como ministro de cualquier culto religioso, sin que por ello pierda los derechos que le otorga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.”

Entre la Cuarta ola de COVID-19, y la Ola de la sucesión presidencial en la 4T, estamos a punto de iniciar el último mes del año, con sus festejos y reuniones.

Caray, ojalá que estemos de verdad preparados. Para ambas.